La lucha interna del personal médico por el COVID-19
Foto: Pexles
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La crisis sanitaria que ocasionó el coronavirus ha afectado gravemente al sector de la salud. Estos profesionales tienen que seguir rigurosos procedimientos de protección y desinfección, y además, el miedo y estrés constante pueden tener peligrosas complicaciones en su salud mental y emocional.
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Por: Daniela Cepeda Angueyra
Joaquín Satizábal, conductor de ambulancia del Hospital El Rosario del Valle; Miguel Barragán, médico general en el Centro de Atención Prioritaria en Salud de la localidad Rafael Uribe Uribe; Andrea Solano, auxiliar de enfermería de la Clínica Primavera; ellos y muchas más personas pertenecientes al sector de la salud fallecieron por hacer parte de la lucha contra el silencioso, pero letal virus, Covid-19.
La pandemia del coronavirus ha cambiado radicalmente la vida de toda la humanidad, pero los más afectados han sido los profesionales de la salud. Aunque ellos son los indicados y esta es su labor con la sociedad, nadie estaba preparado para el estallido de este virus, que en menos de dos meses llegó a cada rincón del territorio colombiano. Los médicos, enfermeras y demás profesionales, son la columna vertebral del sistema de salud, pero aún así poco se piensa en cómo les ha afectado a ellos esta emergencia sanitaria.
Los celadores, el personal de aseo, de las cafeterías, secretarias, aunque no hacen parte del personal de la salud, son de vital importancia para los centros hospitalarios. Así como cualquier médico o enfermera, ellos no tuvieron oportunidad de detener su trabajo: a diario se exponen potencialmente y aún así no son tomados en cuenta. “Detrás de un paciente con COVID va un vigilante y una persona del aseo, limpiando absolutamente todo lo que tocamos. Sin embargo, no se les da ni beneficios ni garantías, porque no se piensa en ellos, aunque se expongan a algo que se sale de sus labores”, comenta Juan Daniel Barreto, médico general.
También se han visto afectados quienes trabajan en la parte administrativa. Al trabajar en un centro de salud en el que se trata a personas contagiadas, deben seguir rigurosos protocolos de bioseguridad y mantener distancias entre ellos. “Debo tener todos los cuidados como si fuera un médico e intento estar lo más aislada de mi familia, aunque vivamos en la misma casa y eso ha sido lo más duro de toda esta situación”, explica Nancy Álvarez, jefe del área de contrataciones en la Empresa Social del Estado de Villavicencio.
Ya no se vive ni se trabaja igual
Todo aquel que está involucrado con los centros de salud se ha visto forzado a transformar sus prácticas diarias, tanto en casa como en sus lugares de trabajo. Regidos por el protocolo exhaustivo de bioseguridad, en el que deben utilizar equipos que pueden resultar incómodos, tienen que mantener un régimen de limpieza sumamente estricto y velar en todo momento de no incumplirlo, porque el hacerlo les podría costar la vida.
“La bata se utiliza solo en el laboratorio, al salir se quita para evitar contaminación cruzada. Se usa un tapabocas para caminar por la instalación y uno nuevo al entrar al laboratorio. Aparte de los elementos básicos que se usaban en momentos específicos, la frecuencia de uso se ha tenido que aumentar por la situación actual”, describió Robbyn Santander, microbiólogo y analista del Hospital San Rafael en Medellín.
Todas las medidas de bioseguridad impuestas por el Ministerio de Salud pueden ser un poco monótonas y restrictivas, pues como lo comenta el médico bogotano Juan Daniel Barreto, el uso de tapabocas es obligatorio dentro de las instalaciones hospitalarias. “Debo usarlo en todo momento, en pasillos, ascensores y baños. Únicamente me lo quito a la hora de comer y en unos espacios designados para los médicos que se sabe con certeza que no estamos contagiados, para poder respirar unos minutos”.
Las medidas sanitarias al llegar al hogar son igual de importantes a las que se deben realizar en la institución de salud, solo así pueden prevenir convertirse en portadores del virus y mantener protegida a la familia, una de las preocupaciones más grandes para ellos.
Por su parte, el Ministerio de Salud dio algunas recomendaciones para cuando estos profesionales lleguen a sus casas.
Hecho por: Daniela Cepeda
“Retiro mi ropa antes de llegar y la echo en un balde con agua y jabón. Me baño antes de salir del trabajo y también apenas llego, lo vuelvo a hacer”, menciona Camilo Acosta, cirujano plástico del hospital Salvador de Cundinamarca.
Explica las medidas de bioseguridad que debe seguir todo el personal médico y las medidas de salubridad al llegar a la casa.
Hay quienes han decidido tomar medidas más extremas al llegar a la casa, como Mónica Restrepo, cirujana general del Hospital San Vicente de Paul en Antioquia. “Esta pandemia ha cambiado completamente mi vida, mi forma de vestirme y hasta como me relaciono con mi familia. Al llegar a mi casa, sólo saludo a mis papás e inmediatamente me voy a mi habitación, confinada y separada de ellos, evitando al máximo cualquier contacto con ellos para no contagiarlos”, comenta la doctora con la voz quebrantada.
Vivir separados de su familia es una decisión difícil, pero es algo que han tenido que hacer muchos profesionales que viven con personas de alto riesgo, como lo son niños o adultos mayores, de manera que puedan prevenir cualquier contagio. “Yo quise mudarme porque mis padres hacen parte de la población más vulnerable. Mi padre, por ejemplo, tiene 73 años e hice el esfuerzo de buscar vivienda, pero no encontré”, alega Juan Daniel.
La salud mental del personal médico
Los trabajadores de la salud pueden presentar manifestaciones emocionales negativas cuando se ven enfrenados a situaciones de alta demanda de trabajo y a condiciones que pueden afectar su integridad personal. “La situación del COVID ha generado una serie de demandas, especialmente en el personal de la salud: quienes son los que deben enfrentar en primera línea la situación y esto conlleva una serie de demandas que generan un alto nivel de estrés y tensión”, explica Mario Ernesto Martin, psicólogo de la Universidad de La Sabana.
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Acorde con los lineamientos del Ministerio de Salud para abordar los problemas mentales en los trabajadores de salud, los gerentes y los líderes de los grupos de trabajo son los encargados de asegurarse que el ambiente laboral sea el más propicio, que su personal rote en aquellos trabajos de estrés alto, promover pausas activas, enseñarles técnicas para el manejo del estrés e informar acerca de las líneas de atención y apoyo psicológico que tienen a su disposición.
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Los Administradores de Riesgos Laborales deben destinar el 10% de su cotización a la implementación de asesorías y campañas para el desarrollo de actividades para el control de los riesgos físicos y psicosociales de los trabajadores de los centros de salud. Adicionalmente, deben crear una línea de apoyo psicosocial que debería estar disponible las 24 horas del día, en la que se brinde apoyo emocional en situaciones de crisis.
No hay que esperar a que se presenten problemas para pedir ayuda, les puede servir para manejar la cadena de pensamientos y preocupaciones que se pasan por sus cabezas miles de veces en el día. “La ayuda psicológica es una medida de seguridad más para los sanitarios, igual que el traje antifluidos, la mascarillas, los antibacteriales, todo es crucial”, alerta la Jefe del Departamento de Evaluación e Intervención Psicológica, María Belén García.
Lastimosamente, en la crisis actual, la salud mental de ellos es en lo último en lo que se piensa y este personal es el que debería estar en las mejores condiciones físicas y mentales para ayudar a la ciudadanía. “En mi institución no nos bridan ningún tipo de ayuda emocional ni nos dan los espacios para que hablemos de cómo nos sentimos. Entre nosotros hemos buscado esos espacios porque sí hemos sentido que nuestra salud mental se ha visto afectada”, denuncia la médico cirujana, Mónica Restrepo.
Los niveles altos de estrés es uno de los problemas más graves en la crisis actual, ya que eso puede causar un burn out, lo que significa que durante mucho tiempo, cuando la persona siente que no cuenta con las capacidades para enfrentar una situación muy compleja, siente cansancio emocional y físico. “El estrés es la relación entre la capacidad de afrontamiento y las demandas ambientales que existen, se puede producir un estrés negativo y si eso se da por mucho tiempo, pueden experimentar desesperanza o depresión”, menciona la doctora en psicología, Carolina Botero.
Habla sobre qué tipo de traumas emocionales pueden experimentar el personal de la salud y cómo se puede evidenciar si alguno tiene depresión.
Describe los factores que pueden ocasionar el estrés y en qué se pueden ver afectadas las personas.
Explica cuáles son los efectos que puede tener el estrés constante en los profesionales sanitarios.
La coyuntura del Covid-19 puede tener graves consecuencias en los trabajadores del sector de la salud a nivel: emocional, cognitivo, físico e interpersonal.
Hecho por: Daniela Cepeda
De la mano de expertos, se explican los problemas psicológicos que los profesionales de la salud pueden presentar ante una emergencia sanitaria como la del Covid-19.
La Sociedad Española de Cuidados Paliativos explica los pasos a seguir para que cada profesional de la salud aprenda a gestionar sus emociones y no se deje agobiar por la crisis sanitaria actual: deben aceptar sus emociones, no bloquearlas, deben relacionarse con el proceso de morir y no culparse a ellos mismos por no haber hecho lo necesario, apoyarse en sus equipos de trabajo porque no están solos y deben darse su espacio de autocuidado.
La familia es la red de apoyo más importante
En una situación de crisis y estrés constante, el apoyo de la familia y de los amigos es de vital importancia. “Un factor protector es la unión familiar, el apoyo, la comunicación y poder expresar sus emociones a ellos. De tal manera que puedan ir manejando a nivel familiar este estrés que trae la situación del Coronavirus y encontrar en el hogar, un lugar seguro y reconfortante”, recomienda el psicólogo, Mario Ernesto Martín.
Quienes están constantemente expuestos, pueden tener mucho miedo de contagiar sus familias y tienden a aislarse, lo que los puede afectar en gran medida, como es el caso de Mónica Restrepo: “Mi familia es fundamental para mí, sin ellos no podría aguantar esta situación. Así no pueda estar con ellos, el saber que están bien me da tranquilidad. Pero sí, he llorado muchas veces”.
Las familias también se pueden ver gravemente afectadas por esta situación, ya que la incertidumbre que se genera al ver a un miembro de su familia salir día a día, arriesgándose, les produce altos niveles de estrés. “Muchas veces esto puede exceder los recursos o las capacidades de la familia y eso se puede notar en aumento de conflictos, deterioro en las relaciones o que se produzcan demostraciones físicas que evidencian el alto estrés familiar”, señala Mario Ernesto Martin.
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Los conflictos familiares pueden aumentar si el profesional no sabe gestionar sus emociones. Al venir de un lugar de alto estrés, con una carga emocional elevada, puede llegar a desquitarse con sus familiares. También es importante que su círculo de confianza le propicie un ambiente tranquilo y acogedor.
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Para aquellos que debieron alejarse de sus familias, no dejar que esto se vuelva un impedimento para fomentar una relación sana. El internet se volvió su mejor aliado para mantenerse unidos, nunca dejar ese soporte social, que es de vital importancia para sobrellevar una crisis como la actual.
Los que fueron más afortunados
Esta pandemia ha cambiado la vida de todos los que hacen parte del sistema de salud, cambiando sus dinámicas de trabajo y afectándolos en gran medida, pero este no ha sido el caso para todos. Son pocos los médicos que tuvieron la oportunidad de trabajar desde casa, haciendo telemedicina, teniendo más tiempo para compartir con sus familias que antes de la emergencia sanitaria.
Las emociones pueden ser muy variadas, ya que estamos hablando de diferentes profesionales de la salud: médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, bacteriólogos, terapeutas respiratorios, personal administrativo, de limpieza y muchos más. La respuesta emocional se ve condicionada por el grado de contacto que tiene con los contagiados y las condiciones que aseguran su seguridad
El miedo y estrés serían, en todo caso dos sentimientos recurrentes. También son varias las condiciones de trabajo las que determinen qué tanto les puede afectar. “Algunas personas que sí cuentan con los recursos que le da la institución para protegerse y para ofrecerle a los pacientes las mejores condiciones o que trabajan en sus hogares, puede que no estén viviendo ese malestar que sí están viviendo otros profesionales de la salud, que depende de muchas variables como las condiciones de trabajo, de las instituciones y del sistema de salud” explica Carolina Botero, doctora en psicología.
Maribel Carvajal, especialista en farmacología, auditoría de seguridad y salud en el trabajo, hace consultas virtuales y una vez a la semana las hace presenciales, afirmó sentir que la carga laboral ha aumentado, pero esta situación ha sido positiva para ella y para su familia. “Me siento positiva, ganándole tiempo a la vida, agradecida por estos espacios que antes no tenía para compartir con mis hijos y mi esposo”.
Jairo Mahecha, médico interno y Maribel Carvajal, especialista farmacológica, cuentan cómo esta coyuntura del Covid-19 ha sido beneficiosa para su familia.
En el 2020 se vivió una crisis sanitaria sin precedentes. A diario, todo el personal de los centros de salud arriesgan sus vidas y trabajan hasta más no poder para ayudar a todos los colombianos. No estamos valorando los rigurosos protocolos de salubridad que ahora se ven forzados a seguir y la manera en que se ha visto afectada su salud mental. Pensemos en ellos y apoyémoslos, porque ellos deben cuidarse para poder cuidarnos a nosotros, no dejemos que se vuelvan una víctima más del COVID-19.